En caso de que el despido sea objetivo, la empresa deberá comunicarlo al trabajador con un preaviso de 15 días, entre que se entrega la carta de despido y el día en que éste se hace efectivo. En caso de que se incumpla con este requisito, el empresario deberá pagar al trabajador un día de salario por cada día de preaviso incumplido.

Por el contrario, si el despido es disciplinario, se hace efectivo de forma inmediata, sin necesidad de preaviso.