En el ámbito familiar, es la apariencia de ser titular o tener un determinado estado civil, con el consiguiente soporte de los deberes y disfrute de los derechos inherentes a esa situación. Es decir, demuestra la relación de filiación y parentesco entre una persona y la familia a la que pertenece.

Las filiaciones pueden determinarse a través de la evidencia de la posesión de estado acreditando, para ello, los hechos que fundamenten la existencia de esa relación respecto a:

  • Identidad: el hijo debe llevar el apellido de quien pretende tener como progenitor.
  • Tratamiento: los padres le han dispensado el tratamiento de hijo y éste, a su vez, los ha tratado como padres.
  • Reputación: la sociedad y la familia le reconocen como hijo de esos progenitores.