Es común la creencia popular de que, si la condena de privación de libertad (prisión) no supera los dos años, el condenado no entra en prisión. Esto depende.
Puedes entrar en prisión, incluso si te condenan a menos de dos años y no tienes antecedentes penales, como también, es posible evitar el ingreso en prisión, con condenas superiores a dos años.
Todo depende del caso concreto y de las circunstancias personales del penado.