El testamento es un documento en el cual expresamos, ante notario, nuestra voluntad sobre el destino de nuestros bienes y patrimonio, en caso de fallecimiento. Es decir, que recoge quién o quienes son nuestros herederos.
Por su parte, el certificado de últimas voluntades es un documento que acredita si el fallecido ha dejado un testamento. De este modo, cuando una persona fallece, solicitaremos este documento y acudiremos a la notaría, que se refleja en él, para solicitar una copia del testamento.